Puedes leer esta nota y otras mas (algunas actualizadas) en formato libro en :
"Notas de Historia Relaciones y Curiosidades a partir de la marca de una hoja de afeitar” Tomo 3
ingresando al siguiente link:
En América , los cabildos no tuvieron un desarrollo uniforme, debido a los diferentes niveles de riqueza e importancia política de las distintas regiones. Los había de mayor jerarquía en México y Lima, mientras en el Río de la Plata fueron los mas precarios. Sin embargo, el programa jurídico era similar, dado que estaba reglado por las Leyes de Indias.
La legislacion determinaba que en América debían localizarse en la Plaza Mayor.
Su función fue la de administrar los bienes públicos y ejercer la justicia. Además de ser la casa del Alguacil Mayor, debía controlar la limpieza de la ciudad, el abasto de alimentos y funcionar como cárcel. Constituyó durante la colonia, el más importante de los edificios públicos.
En 1608 se componía de dos locales de adobe, construidos por Juan Méndez, los carpinteros Hernando de la Cueva, y Pedro Ramírez. Hernando Álvarez puso las tejas e hizo los revoques.
En esta pintura de Léonie Matthis puede observarse el edificio del Cabildo tal cómo era en 1650. Su fachada con galería se abría a la plaza en 5 arcos, estaba pintado con cal y su techo era de tejas.
La Plaza Mayor. 1650. Aguada de L. Matthis >
En varias oportunidades fue agrandado hasta que En 1725, es derribado el antiguo cabildo y el 23 de junio comenzaron a levantarse los cimientos del nuevo edificio, bajo la direccion de los Arquitectos jesuitas Andrés Blanqui (fue uno elos mejores arquitectos de su tiempo en el Río de la Plata) y Juan Bautista Primoli.
En 1740 el Cabildo estaba casi construido faltando la torre y la capilla y varias dependencias interiores.
La torre del cabildo por relatos escritos por el jesuita, Florian Paucke en 1749 ya estaba terminada en esa fecha decía "que la torre del Cabildo era alta y estaba cubierta de latón blanco".
El 20 de octubre de 1763, se encargó a Juan Sánchez de la Vega la adquisición de un reloj y una campana para la torre. El reloj, adquirido en Cádiz fue montado por el relojero francés Luis Cachemaille. Este reloj permaneció en la torre hasta 1856 en que fue transferido a la Iglesia de Balvanera de donde. En 1856 fue suplantado, previa modificación de la torre a efectos de darle mejor cabida, por otro adquirido en Londres a "Tawaites y Reed", según lo cuenta la historiadora Margarita Borsano.
El Cabildo por entonces se componía de tres cuerpos, uno central de dos plantas y otros dos simétricos, también de alto, con 10 arcadas cada uno, y en cada piso, que se ubicaban a los costados. El estilo arquitectónico de este cuerpo, de orden clásico difería del resto. Poseía pilastras a los costados que atravesaban el balcón. Éste aparecía a lo largo de los 11 arcos. El cuerpo central terminaba en forma ondulada. Sobre el cuerpo central estaba la torre cuadrada con reloj y campana.
Después, los acontecimientos se encargarían de elevar al Cabildo a la consideración del pueblo y de la historia.
El primero de estos sucesos ocurrió en 1806, la Primera Invasión Inglesa. Aquel glorioso 12 de agosto, las tropas invasoras al mando de Williams Carr Beresford entregaron sus armas al pie de la galería del albo edificio. Desde el balcón, Liniers y Beresford presidieron la severa ceremonia.
La Reconquista de Buenos Aires (Óleo de Charles Fouqueray)
En la Segunda Invasión, el Cabildo se constituyó en el centro de la defensa bajo el mando de Martín de Álzaga.
Pero el gran protagonismo del Cabildo sucedió durante la Semana de Mayo de 1810. En esos días, el Cabildo, institucionalmente contrario a la Revolución, fue el escenario de la gesta que desembocó en la libertad de los pueblos del Río de la Plata.
1822 - Acuarela de Carlos E. Pellegrini
En 1860 a la cúpula se le pusieron azulejos y en la parte superior una bola de metal que sostenía un parrarayos y una veleta. Para colocar un nuevo reloj que comenzó a funcionar en 1861, se debieron hacer arreglos en la torre.
Quedó el Cabildo desequilibrado, en su cuerpo, protestando una fisonomía prestada. No lo beneficiaron para nada los cambios... Pero se avecinaban días peores.
Se tuvo, no había más remedio, que asir la piqueta nuevamente y echar abajo la torre de Benoit.. Y así quedó, desfigurado por largos años. Sin torre y con un ala más larga que la otra.
Pero hubo una voz, la del Diputado Nacional Carlos Alberto Pueyrredón, que se alzó en defensa de los despojos históricos y queridos. En la sesión del 14 de septiembre de 1932, presentó un Proyecto declarando al Cabildo de Buenos Aires Monumento Histórico Nacional.
En 1933 fue declarado Monumento Histórico Nacional. En 1940 el arquitecto Mario Jose Buschiazo (Bs. As. 1902- 1970 arquitecto dedicado a la restauracion de edificios históricos) hijo Juan Buschiazo, quien se vió en la necesidad de quitarle la agarrada y torre de 1889, reconstruyó el Cabildo y trató de recuperar el estilo original. Basándose en fuentes documentales, pinturas, notas y daguerrotipos, logró retornarla a los días retenidos por las acuarelas de Leonie Matthis y Carlos Enrique Pellegrini.
Todo quedó como entonces, eso sí, del original, sólo se pudo conservar la Sala Capitular.
No hay comentarios:
Publicar un comentario