Se llama El Arcón del Recuerdo y gracias a la gentileza de su dueño Carlos, compartimos aquí esta nota sobre una estatua del soldado característico de la marca Legión Extranjera ubicada en Luján, provincia de Buenos Aires.
Aquí publicamos la nota que pueden ver también en el blog de Carlos (www.arcondelrecuerdo.com.ar) junto con otras anécdotas e historias interesantes que son enviadas por diferentes colaboradores.
En esta oportunidad, la nota y la fotografía fueron enviadas por Alberto Conde, de la Ciudad de Buenos Aires y las compartimos a continuación:
Una vez al mes, con motivo de una promesa de familia, acostumbramos ir a la Basílica de Luján.
En un principio, el viaje lo hacíamos en tren desde Once, en la Lujanera, y otras muchas veces con mis padres en aquel viejo 403 que todavía existe, aunque está bajo techo e inmóvil.
Al pasar la estación de Moreno, apoyaba mi cabeza en el vidrio del auto esperando encontrar muy cerca al soldado de la Legión Extranjera.-, y allí estaba, atento y vigilante, detrás de un cerco perimetral de alambre con postes de cemento.
Inmóvil, solo le faltaba la casilla para resguardarse en las noches de lluvia.
Vestía prolijamente, si bien en algunas ocasiones su uniforme mostraba el embate del tiempo.
Durante algunos años, casi estuvo tapado por los pastos y enredaderas, pero luego aparecía limpio y en su posición habitual de descanso.
Hace solo 15 días, mientras viajaba a Luján para cumplir con la promesa de mis visitas a la Basílica, decidí detenerme, y acercarme a conocerlo más de cerca.
Llegue casi hasta el pie de su mirador, y él allí, inmóvil, e inmutable, ante mi presencia.
No resistí mi curiosidad, recorrí unos metros hacia el este, y encontré un viejo portón, allá al fondo una gran casona con techo de tejas totalmente cerrada, aún de día permanecía con sus luces encendidas.
¿Qué significaba todo esto?, ¿Qué hacía el soldado allí?
Lo único que yo recordaba eran las hojas de afeitar Legión Extranjera, en el frente de la caja estaba este soldado.
Llamé a la casa vecina, ubicada a pocos metros de la estatua.Responde a mí llamado un hombre de más de 60 años, llamado César, quien rápidamente devela el misterio y la incógnita que yo tenía.
Contándome lo siguiente:
“Esta Quinta vecina era propiedad de la empresa fabricante de las hojas de afeitar Legión Extranjera, estaba destinada a lugar de recreo de su personal."
"Yo estoy aquí desde hace más de 40 años y el soldado ya estaba.
Gente antigua de la zona, cree que esta estatua fue construída en 1938 aproximadamente.
Luego la firma cerró, y la quinta fue vendida, pasando por varias manos.
En su momento uno de sus primeros nuevos dueños se apellidaba Mayo de Fruto, fue por ese motivo que este lugar en la ex ruta 7 Km. 39.600, es conocida por ese nombre.
Luego don Fruto, vendió y así pasaron otros dueños, algunos cuidaron y conservaron al soldado, pintando su uniforme, y otros lo dejaron abandonado a su suerte, hasta que lo cubrieran las malezas.”
Seguramente esta curiosidad mía, que viene desde mi infancia parecerá tonta, o justamente Infantil, pero les puedo asegurar, que ahora, sabiendo de qué se trata, cada vez que pase por aquí, saludare al soldado que a pesar de sus 71 años, aún sigue atento y vigilante.
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